La espera terminó. Luego de varios años, “La lógica del escorpión“ ya está en las bateas de las disquerías y en las plataformas digitales. Un álbum lúdico y creativo, con el sello inconfundible de la gran voz del siglo XXI. Un disco introspectivo, pero también expansivo en su lenguaje musical. Un caleidoscopio de géneros, una mezcla de rock progresivo, blues, jazz, y sintetizadores que evocan tanto lo clásico como lo contemporáneo. “La lógica del escorpión“ es, en palabras de muchos, “un auténtico García”.

Lo que hace de esta producción una pieza excepcional no es solo su variedad musical, sino la manera en que todos estos elementos — aparentemente dispares — logran vincularse en una narrativa cohesiva. A lo largo de 13 temas, navega sin esfuerzo por distintos estilos, con una libertad creativa que recuerda la época dorada de la música nacional, pero con un enfoque muy vanguardista. Un proyecto que, lejos de ser un simple regreso, es un testimonio artístico de una de las últimas estrellas del rock mundial.
Uno de los momentos más emotivos es la inclusión de ‘La Pelícana y el Androide‘, una pieza compuesta en los años 80 junto a Luis Alberto Spinetta que nunca vio la luz hasta ahora.
Perteneciente a la flamante lista de 13 caciones de “La lógica del escorpión“, es una de las canciones compuestas por Luis Alberto Spinetta, en 1984, para el proyecto trunco de álbum conjunto con Charly García. De aquellos fugaces pero ardientes encuentros surgieron temas como ‘Rezo por vos‘ (luego ambos grabaron y publicaron sus respectivas versiones: Spinetta en “Privé“, de 1986, y García en “Parte de la religión“, de 1987, ‘Una sola cosa‘ (también incluida en “Privé“), ‘Hablando a tu corazón‘ (en 1986 publicada en “Tango“, el disco de Charly junto a Pedro Aznar) y ‘La pelícana y El Androide‘ en “Privé“.
“El tema habla de aquello que ha logrado transformarse hasta dejar atrás su realidad originaria (…) La idea central era que no solo se podían enamorar una pelícana y un androide, sino que además podían tener hijos, y esos hijos simbolizan el producto de esa metamorfosis (…) Es una reflexión sobre la indiferencia y el desdén del mundo ante estas metamorfosis. Hay quienes sostienen que algo así no es posible, como si no estuviéramos ya constituidos por partes imposibles”, le dijo Spinetta a Juan Carlos Diez (Martropía: conversaciones con Spinetta, Bs. Aires, Editorial Aguilar, 2006), sobre la única canción mid-tempo de aquel álbum solista del Flaco, que incluía el sample, entre otros ruidos y ruiditos, de un gol relatado por José María Muñoz.
En una de las tantas tardes/noches de pandemia en las que García se sumergía durante horas en el océano de YouTube, el músico se encontró con los audios de un “disco pirata” suyo, con los demos de sus canciones de la década del 80. Allí fue que descubrió una versión temprana de “La pelícana…” con la que terminó obsesionándose.
“Verlo a Charly trabajar sobre ‘La pelícana…’ me hizo dar cuenta de lo que es la sensibilidad de un artista”, dice Sznaider. “Charly vio ese tema como una posibilidad certera para el disco mucho tiempo antes de que cualquiera de nosotros realmente lo pensara. En esa época estaba fascinado con YouTube y cuando encontró esos out-takes propios y escuchó ‘La pelícana…’ quedó en shock”.

Charly tomó el demo y lo editó una y otra vez, quitó partes y extrajo la voz de Spinetta. Luego armó toda una instrumentación con sus teclados y copió el mismo pattern con samples de la misma batería electrónica utilizada originalmente, una Yamaha RX 11, y convocó a Fernando Kabusacki para que grabara unas “guitarras etéreas”. “Charly me contó que esa versión la habían grabado en los 80, en su casa de Coronel Díaz”.
Continúa Sznaider. “Me dijo que el tema era de Luis, que él no cantaba y que tocaba apenas un poco y por eso decidió, más allá de grabar algunos vocoders y refuerzos, darle un lugar predominante a la voz de Spinetta. Creo que el descubrimiento de ‘La pelícana…’ fue el momento más emotivo del disco. Él estaba radiante de poder usar esta pieza”.
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Kabusacki asegura estar maravillado con todo el proeceso de la grabación del tema. “No sé si muchas veces en el rock argentino se logró algo tan, pero tan power como esta versión. Cada vez que la volvía a escuchar me emocionaba. Haber podido meter mi guitarra ahí es realmente un superlujo. Siempre es un lujo estar con Charly y siempre que estoy con él siento que estuve con Van Gogh o con Beethoven o con los Beatles todos juntos, ¿se entiende? No es que siento que estuve con Paul McCartney, siento que estuve con los cuatro Beatles”.
Hay una pulsión que se explica perfectamente en “La lógica del escorpión“ y que lo vuelve a embarcar en un proyecto discográfico. Solo por propia satisfacción. En una última entrevista que tuvo, la charla con el célebre guitarrista, contó que estaba preparando un nuevo álbum. Dijo que sería doble y que quizá fuera el último. Pero en seguida dudó.
“No lo sé porque, de alguna manera, nadie necesita otro disco. ¿A qué me refiero? Nadie necesita el próximo disco de los Rolling Stones, nadie necesita el próximo disco de Paul McCartney. Pero como artista necesitás sentirte bien, lo necesitás para estar vivo”.
Y Charly García lo necesita para estar vivo. Siempre lo necesitó. El público tal vez no. Como faro ya alumbró todo lo que tenía que alumbrar, aunque para los más fans todo lo que haga Charly será siempre maravilloso.

Cinéfilo cuando puedo, musico como hobby y si la artrosis me deja videojuego pinta!, gustoso del fulbo.