“Dulce o Truco“: monstruos y extraterrestres, dos peliculas de terror/sci-fi para ver

El tercer largometraje de Jordan Peele, un western de ciencia ficción sobre un misterioso OVNI que acecha los cielos de un pueblo ranchero del sur de California. Pero Nope no es un proyecto convencional de Peele. Es una película que se ocupa directamente de los exteriores y que pretende desafiar la cultura centrada en la imagen de la que todos nos alimentamos.

Si bien las películas de Peele suelen tratar sobre el viaje a interiores psicológicos y físicos. Acá nos sugiere que puede haber cierto peligro en observar. Es una película que cuestiona de forma convincente la propia línea entre el espectáculo y el horror, un enigma sobre las motivaciones de la mirada sostenida y lo que podemos perder por ello. ¿Dónde acaba una línea y empieza la otra?

Pero Nope no es un Rorschach del terror, aunque se mueve con los instintos de uno. Cuando las escenas se llenan de caos, es fácil confundir la casa de los Haywood con el famoso Motel Bates de Hitchcock. Por supuesto, esos ecos estilísticos son naturales para Peele. Astuto director de orquesta de lo macabro, sus películas se entienden mejor en su desenvolvimiento, como una especie de panorama de casa de diversión. La ambrosía del suspenso no consiste en lo que sucede, sino en cómo sucede. El punto final es irrelevante en la retorcida juerga de pesadillas de Peele; la magia se manifiesta en el camino.

       

El director y guionista, Frank Darabont, con tan solo cuatro largometrajes dirigidos en su filmografía personal le resulta llamativa la fascinación hacia las publicaciones de Stephen King. En The Mist/La niebla, se presentan dos bandos diferenciados según su naturaleza: seres humanos y criaturas de origen sobrenatural.

Lo que más llama la atención del film, es su proceso narrativo y el tiempo que toma el desarrollo del relato. El largometraje tiene una duración de 120 minutos y la trama transcurre en tres o cuatro días naturales consecutivos, por lo que no presenta ningún salto temporal que desubique a los espectadores de aquello que están presenciando.

La adaptación cinematográfica del relato en The Mist no cuenta con tecnología CGI o abundancia de muchos efectos especiales, y sin embargo esa parece la intención inicial de Darabont, que prestemos atención en los personajes humanos y no tanto en las criaturas como representación del mal.

La película nos enseña que pese a consolidarnos como animales racionales los seres humanos sucumbimos ante determinados circunstancias. Cometemos errores y tomamos malas decisiones en situaciones adversas cuando no reflexionamos o meditamos lo suficiente. En situaciones de esta índole nunca hay que perder la esperanza y rendirse.

       

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