Estudios recientes muestran que el sarcasmo no solo es una forma de humor afilado, sino también un verdadero entrenamiento para el cerebro. Entenderlo (y usarlo bien) requiere empatía, memoria activa, vocabulario amplio…y mucha inteligencia emocional.
Investigadores como la psicóloga Penny Pexman explican que escuchar o leer sarcasmo puede potenciar tu creatividad y ayudarte a resolver problemas difíciles. Incluso puede aliviar tensiones en momentos incómodos, si se usa con tacto.
Eso sí: no se trata de ser cruel ni de hacerse el vivo. El sarcasmo efectivo requiere timing y sensibilidad. Pero usado con cabeza, puede ser una herramienta poderosa.
Así que la próxima vez que alguien te diga que sos un sarcástico de m… podés responder: “Gracias, es que estoy ejercitando mi cerebro”.
Fuente: Post Media.

Comunicadora y amante del true crime, Locutora/conductora en «Kaos En La Mañana».